lunes, 15 de febrero de 2010

.: Parece que fue ayer :.

Como pasa el tiempo....
Hace poco recordé un día que durante la tarde fue genial, durante la noche acabó bien pero que en la misma madrugada se marchó de este mundo uno de los seres humanos mas humanos que hayan podido pisar la faz de la tierra.

Parece que fue ayer,
parece que fue ayer cuando apretabas el dedo gordo de mi mano derecha y me decías al oído... "Ana, coge el mando de la TV y pon el basket!";
parece que fue ayer cuando cogías tu bastón de madera y me decías "Ana, coge la chaqueta que nos vamos a por espárragos";
parece que fue ayer cuando nos sentábamos en la mesa todos juntos... y sin venir a cuento le dabas ese beso! qué feliz ha sido siempre contigo y que triste está desde que no estas...

Pero como toda persona que reside en este maldito mundo... desapareciste, te fuiste sin avisar, te marchaste como el humo de una vela apagada.

"Mañana ya no estaré, así que cuidad bien de ella...", eso fue lo último que dijiste, y tal y como dijiste así pasó.

Y es que cuando la muerte te arrebata lo que más quieres... no sucede y ya está.
Para la persona que fallece todo acaba en ese preciso instante, pero al resto de personas de su alrededor te va consumiendo por partes... va acabando con el tiempo aunque nunca deja de sanar hasta que tú mismo despareces.

Sin embargo, la vida sigue... debe seguir por los que quedan y tienen que llegar, la vida sigue aún cuando negro amanece el día. Y cuando te levantas y él está a tu lado todo parece ir mejor, todo parece menos negro, todo sabe menos amargo...

¿Y si ya no está?
Recuerda que no estará más físicamente, pero siempre quedará el recuerdo de quién fue y de quién llegaste a ser gracias a él. El soñar como amaneces junto a él recordando su aroma o su sonrisa, sus susurros o sus besos...

5 de Febrero.
Nunca te irás de mi recuerdo, nunca se marchará de mi mente el recuerdo del gran hombre que siempre eras y llegaste a ser por tu forma de ser, por tu forma de querer, por tu fuerza interior que hizo que pudieras lidiar con tu enfermedad durante tanto tiempo... que hizo que aún antes de morir fueras capaz de mirarla a la cara y decirle después de 65 años casado lo mucho que la querías...


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