人生は自分ですべきではないが短すぎる
"Ese rincón interior que me rasga el alma y saca de mi el lado más oscuro." "Ese rincón que calma mi ira más voraz." "Esos susurros en la oscuridad que apaciguan mis miedos".
jueves, 1 de julio de 2010
.: Sombras :.
Puedo manejar las sombras pero no luchar contra un eclipse
En un eclipse no debes manejar las sombras sino fundirte con ellas puesto que el sol queda oculto y la oscuridad reina en el corazón de todos los seres humanos extendiendo sus sombras más alla de lo que son en una puesta de sol... Un saludo
Te dejo un relato que escribí hace tiempo acerca de la noche y un hombre... me inspiré en él, fue mi primer amor, y hasta dia de hoy en el que no quiero saber nada de el, es a quien mas he amado y quien mas me ha hecho sufrir, Aunque esto lo escribi la ultima vez que estuve junto a él. (por cierto, espero que no te aburra que te ponga algun que otro escrito, para mi es una forma mas de comentar los tuyos, que valoro como si fueran oro en el corazon. Y no suelo sacarlos a la luz, solo a las personas mas cercanas y en la intimidad, pero tu me has transmitido confianza desde el primer momento. La noche y las sombras es una de las bellezas mas grandes del mundo:))
Lagrimas, como venas de tristeza vital... Paseando por las fragiles sombras de la noche. Hacia mucho tiempo que ya no lloraba, hacia mucho que las lagrimas se habian fundido con su rostro. con sus negros ojos, profundos y apaticos en apariencia. Por qué luchar por la belleza de la brisa nocturna, o por la fuerza de la luna? porque elegir? por qué no amar la noche en su plenitud en su soledad... Paseaba solo, lento, con la cabeza agachada pero percibiendo todo lo que lo rodeaba. Sentia encoger su alma en su cuerpo con el paso de cada año. No podia ser que eso tuviera que ir a mas, dónde podria almacenar sus propios pensamientos si seguia sintiendo? Y pobres aquellos que vagaban rendidos a la desesperanza y la falsa ilusion. su ropaje negro lo camuflaba en la oscuridad del cielo, pero la ciudad estallaba de luz artificial a su alrededor. Ya conocia cada esquina, cada calle, cada sombra... y se guiaba por sus instintos, hasta que estos caian lentamente en el sueño del amanecer. Entonces volvía sobre sus pasos... con la cabeza flotando sobre su pecho y el pensamiento como un mar turbio pero en calma por el propio peso. Siguiendo la inercia que lo llevaria de nuevo a su morada... Aquella noche se sintió peculiarmente sorprendido por su eterna compañera. La luna parecia cambiar de tonalidades junto con el negro que la rodeaba. Primero un ligero tono purpura que pasó al azul con manchas rosadas como si fuera una danza de formas y colores. Un intenso rojo sangre comenzó a bañar por completo la esfera hasta que se fundio con el negro, y como si jamas hubiera existido pasó a formar parte del cielo sin distinguirse ya color alguno. Solamente unas finas franjas plateadas distinguian aquello que parecia ser Luna. Sentado en un viejo banco de madera observo todo el baile en su plenitud. Deseó lo que veía. Entrelazó los dedos con el contraste de las estrellas y dejó caer las manos heridas y impotentes, sobre sus rodillas. Agachó la cabeza hasta que sus ojos se toparon con la tierra que habia bajo sus pies. Pero su mirada no veia ya, solo fluian una y otra vez imagenes del melancolico y profundo espectaculo que acababa de presenciar. Privado, secreto, especial... Los oscuros mechones de su pelo le ivan cubriendo la vista como un telon al terminar la funcion. Con lentitud, guiados por la suave brisa otoñal. Los parpados fueron consumiendose con lo fisico. La escasa calidez de su rostro se alejó, decayendo en la altitud del pensamiento. Voló a lo mas alto y su cuerpo cayó en profundo sueño, sobre el banco, o sobre la tierra, qué mas daba donde, nada de eso era real. Lo unico real aquella noche era la respiracion que la luna le habia ofrecido, como un manto, de desconocidas pero reales sensaciones. Dejarse ir. Volar. En el mismo marchitar.
En un eclipse no debes manejar las sombras sino fundirte con ellas puesto que el sol queda oculto y la oscuridad reina en el corazón de todos los seres humanos extendiendo sus sombras más alla de lo que son en una puesta de sol...
ResponderEliminarUn saludo
Te dejo un relato que escribí hace tiempo acerca de la noche y un hombre... me inspiré en él, fue mi primer amor, y hasta dia de hoy en el que no quiero saber nada de el, es a quien mas he amado y quien mas me ha hecho sufrir, Aunque esto lo escribi la ultima vez que estuve junto a él.
ResponderEliminar(por cierto, espero que no te aburra que te ponga algun que otro escrito, para mi es una forma mas de comentar los tuyos, que valoro como si fueran oro en el corazon. Y no suelo sacarlos a la luz, solo a las personas mas cercanas y en la intimidad, pero tu me has transmitido confianza desde el primer momento. La noche y las sombras es una de las bellezas mas grandes del mundo:))
Lagrimas, como venas de tristeza vital...
ResponderEliminarPaseando por las fragiles sombras de la noche.
Hacia mucho tiempo que ya no lloraba, hacia mucho que las lagrimas se habian fundido con su rostro.
con sus negros ojos, profundos y apaticos en apariencia. Por qué luchar
por la belleza de la brisa nocturna, o por la fuerza de la luna?
porque elegir? por qué no amar la noche en su plenitud
en su soledad...
Paseaba solo, lento, con la cabeza agachada pero percibiendo todo lo que lo rodeaba.
Sentia encoger su alma en su cuerpo con el paso de cada año. No podia ser que eso tuviera que ir a mas, dónde podria almacenar sus propios pensamientos si seguia
sintiendo? Y pobres aquellos que vagaban rendidos a la desesperanza y la falsa ilusion.
su ropaje negro lo camuflaba en la oscuridad del cielo, pero la ciudad estallaba de luz artificial a su alrededor. Ya conocia cada esquina, cada calle, cada sombra...
y se guiaba por sus instintos, hasta que estos caian lentamente en el sueño del amanecer.
Entonces volvía sobre sus pasos... con la cabeza flotando sobre su pecho y el pensamiento como un mar turbio pero en calma por el propio peso. Siguiendo la inercia
que lo llevaria de nuevo a su morada...
Aquella noche se sintió peculiarmente sorprendido por su eterna compañera. La luna parecia cambiar de tonalidades junto con el negro que la rodeaba.
Primero un ligero tono purpura que pasó al azul con manchas rosadas como si fuera una danza de formas y colores. Un intenso rojo sangre comenzó a bañar por completo la esfera
hasta que se fundio con el negro, y como si jamas hubiera existido pasó a formar parte del cielo sin distinguirse ya color alguno. Solamente unas finas franjas plateadas
distinguian aquello que parecia ser Luna.
Sentado en un viejo banco de madera observo todo el baile en su plenitud. Deseó lo que veía. Entrelazó los dedos con el contraste de las estrellas y dejó caer las manos
heridas y impotentes, sobre sus rodillas. Agachó la cabeza hasta que sus ojos se toparon con la tierra que habia bajo sus pies. Pero su mirada no veia ya, solo fluian una y otra vez imagenes
del melancolico y profundo espectaculo que acababa de presenciar. Privado, secreto, especial...
Los oscuros mechones de su pelo le ivan cubriendo la vista como un telon al terminar la funcion. Con lentitud, guiados por la suave brisa otoñal.
Los parpados fueron consumiendose con lo fisico. La escasa calidez de su rostro se alejó, decayendo en la altitud del pensamiento. Voló a lo mas alto y su cuerpo
cayó en profundo sueño, sobre el banco, o sobre la tierra, qué mas daba donde, nada de eso era real. Lo unico real aquella noche era la respiracion que la luna
le habia ofrecido, como un manto, de desconocidas pero reales sensaciones.
Dejarse ir.
Volar.
En el mismo marchitar.
FallenAmira